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Sumido en las deudas



Sumido  en las  deudas


Hace algún, por causa de unas decisiones tomadas a la ligera por parte de la esposa de un amigo, su familia se endeudó gravemente tanto que La única solución era vender la casa que con mucho esfuerzo habían logrado.  Cuando se les visitaba se sentía el estrés y la tensión en el hogar, en cierta ocasión uno de los hijos me dijo que cuando salía y regresaba en el mismo ambiente del hogar se respiraba el desespero.

Muchos son los suicidios que suceden a diario en nuestros países por causa de las deudas, basta leer las noticias y darnos cuenta de personas que se arrojan de puentes o lugares altos y otros casos en los que las autoridades intervienen para evitar se lancen, muchos son los hogares y vidas que se ven afectados por las deudas.
 Muchos creen que suicidándose  cancelan sus deudas, pero eso no es una solución porque ahora le dejan a la familia otras deudas. Sin duda las deudas son un gran mal que nos afecta a todos en pequeña o gran escala, pero que no hay duda debemos evitar hasta donde sea posible.
Es cierto que nadie puede estar libre de deudas, pero sabiendo que no podemos pagar algo más allá de nuestros alcances económicos lo mejor es evitarlas.
Una escritora cristiana escribió:

“Muchos, muchísimos no han aprendido a mantener sus gastos dentro de los limites de sus entradas. No aprenden a adaptarse a las circunstancias y piden prestado una vez tras otra, y en esa forma quedan agobiados por las deudas y en consecuencia se desaniman y descorazonan.
Muchos no se acuerdan de la causa de Dios y gastan descuidadamente dinero en diversiones en los días feriados, en vestidos y necedades y cuando se hace un pedido para promover la obra en el país y en las misiones extranjeras, no tienen nada para dar y hasta han gastado más de lo que tenían. Así roban a Dios en los diezmos y ofrendas y por medio de su complacencia egoísta exponen el alma a las fieras tentaciones y caen en las trampas de Satanás”. RH dic. 1893
“Todos deben practicar la economía. Ningún obrero debe manejar sus negocios en una forma tal que llegue a incurrir en deudas…Cuando una persona se endeuda voluntariamente se está enredando así misma en una de las redes que Satanás tiende para las almas” CE 67
Mi querido amigo, evita en lo posible adquirir deudas que sabes son   demasiado altas para tu nivel de ingresos y que te pueden afectar a tu familia y proyectos futuros.
 
Pero si ya estás endeudado, si sientes que las deudas te oprimen, si sientes que no tienes paz ni tranquilidad, que tu hogar está afectado y se ha perdido la sonrisa y no sabes qué hacer, si sientes que en el ambiente hay estrés y que no tienes paz en ningún momento; entonces es la hora de darle a Jesús la oportunidad de intervenir en tu vida. Es el momento en el que debes mirar al cielo y saber que eres un hijo de Dios y que él no te ha abandonado, que Jesús no te ha dejado marchando solo y que en cada paso de tu vida él ha estado allí esperando a que le des una oportunidad. Ábrele a Dios tu corazón  y permite  que él pueda darte paz y que él pueda ayudarte a salir de las deudas.
Dios no te promete que  en un abrir y cerrar de ojos tus deudas desaparecerán, tampoco que del cielo te va a caer un bolso lleno de dinero, pero si darte la paz que tanto anhela tu corazón, pero  si promete darte soluciones para salir de la deuda y en muchos casos obrará milagros para que no pierdas tu hogar y puedas pagar todas tus deudas por muy elevadas que estas sean.
En las sagradas Escrituras se halla una hermosa promesa, promesa que es tuya y que Dios desea dejar para ti  en estos momentos:
 
Jua 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad yo  he vencido al mundo
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