Hijo en las drogas
Un hijo perdido en las drogas
Hace algún tiempo escuchaba un sermón de un reconocido predicador llamado Alejandro Bullón. En el tema exponía que hacía algunos años había hecho una maestría en sus estudios. Los cuales tuvo que realizar en una universidad no cristiana. Estando en la universidad conoció a un profesor ateo que en las clases en muchas ocasiones buscaba la forma de ridiculizar sus creencias en la existencia de un Dios todopoderoso.
El predicador contaba que ese día cuando terminaba sus estudios y había terminado exitosamente sus estudios, el profesor nuevamente le habló de ateísmo. Pero en esta ocasión, el pastor le dijo: “Supongamos que usted tiene un hijo perdido en las drogas, usted ha llevado a su hijo a centros de rehabilitación, usted ha hecho todo por ayudar a su hijo, pero de nada han servido todos sus esfuerzos porque él se pierde más y más, ¿A cuál ayuda recurre usted? ¿A quién puede clamar si usted ama a su hijo y no quiere que él siga perdido en las drogas?
El profesor ateo se echó a llorar porque precisamente él tenía un hijo perdido en las drogas y había hecho mucho por ayudarlo y por su incredulidad no tenía a quién clamar.
Si de pronto tienes un hijo perdido en las drogas, amas a tu hijo y te duele que lentamente se está autodestruyendo y quizás has hecho muchos esfuerzos por ayudarle, muchas han sido las noches de consejos, muchas han sido las palabras de reprensión, muchos han sido los castigos, pero nada has logrado, tus esfuerzos han sido en vano, entonces ya es hora que pongas a tu hijo no solo en las manos de los expertos, sino también en las manos de Dios.
Debes colocar a tu hijo en las manos del Dios de lo imposible, debes aprender a tener fe y certeza que un día tu hijo saldrá de ese hueco en el que se encuentra, pero esa fe solo debe estar basada en una plena confianza en Dios
Si realmente amas a tu hijo y deseas ayudarle, debes colocarle en las manos de los expertos, pero también en las manos del todopoderoso.
La Biblia cuenta la parábola del hijo pródigo, el hijo pródigo le pidió al padre su parte de la herencia y se fue a una provincia lejana. Estando en dicha provincia vivió perdidamente, mal gastó su parte de la herencia viviendo en los placeres de la carne.
Pero en dicho lugar llegó un tiempo de hambruna, un tiempo de gran necesidad y ahora dicho joven estaba sin dinero y sin amigos. Ninguno de los amigos con los que mal gastó su fortuna le tendió la mano. Apenas alguien le ayudó dándole a cuidar los cerdos, para un judío cuidar cerdos era la humillación más grande. Era tanta le necesidad que aún los alimentos de los cerdos deseaba comer. Pero un día recapacitó y recordó que tenía un padre, un padre que le amaba y que estaba dispuesto a recibirle.
Cuando dicho hijo se marchó de la casa, el corazón del padre sufrió un gran dolor, fue un puñal el que se clavaba en su corazón al ver a su hijo partir, pero jamás perdió la esperanza de verle regresar. Dicho padre quizás todas las mañanas y las tardes le extrañaba en la casa y le buscaba en los vacios de su alma, pensando dónde estaría su hijo y qué habría sido de él. Pero jamás perdió la esperanza de verle volver.
Dice la Biblia que el padre al ver a su hijo no dejó que este dijera el discurso que había preparado para ser recibido como uno de los siervos y corriendo a él le abrazó y le preparó una gran fiesta.
En esta parábola hallada en el libro de S. Lucas 15 la Biblia nos presenta la maravillosa promesa de que nuestro Padre celestial siempre nos está esperando, somos esos hijos perdidos que nos alejamos de Dios y hemos preferido vivir perdidamente, pero Dios siempre nos ha estado esperando.
Pero a dicha parábola también la podemos aplicar a la espera de un padre por su hijo perdido en las drogas y nos da la certeza de que así como ese padre sufrió y esperó por el regreso de su hijo, así mi querido amigo puedes aguardar la esperanza de que un día tu hijo regresará nuevamente a casa.
El padre nunca perdió la esperanza de ver nuevamente a su hijo en casa sano y salvo. Nunca pierdas la esperanza de que un día tu hijo se recuperará y nuevamente estará a tu lado.
Solo debes confiar y poner a tu hijo en las manos del médico de los médicos, solo Dios puede tocar su corazón para que el nuevamente vuelva a casa y pierda su adicción.
Quizás te preguntas ¿En qué fallé? ¿Cuál fue el error? ¿Por qué no actué a tiempo? ¿Por qué nunca le dediqué más tiempo? ¿Por qué no le escuché cuando él me habló? ¿Porqué nunca le advertí de los peligros de las drogas? ¿Por qué nunca estuve atento a sus amistades?
Te puedes hacer estas y miles de preguntas más, pero la cuestión no está en lamentarse y llorar, ahora solo debes actuar, si deseas recuperar y ayudar a tu hijo debes actuar y colocarlo en las manos de los especialistas, pero también colocarlo en las manos del Dios creador del cielo y la tierra.
Quizás tu hijo desee volver, quizás el desee recuperarse y salir de ese mundo perdido, quizás extrañe los momentos felices en casa, pero para él no es fácil. No es fácil porque su mente y sus deseos son los de estar en casa, pero su cuerpo le exige y le obliga a consumir vicios para saciar un poco su adicción, es como si él actuara por instinto en busca del la droga porque es lo único que le puede saciar un poco su vacío.
Mi querido amigo no dejes pasar el tiempo, no dejes que pasen más y más minutos sin hacer nada a favor de tu hijo, cada segundo que pasa es valioso, en estos momentos cada instante de su vida solo puede estar dependiendo de la decisión que tomes, si realmente amas a tu hijo, si realmente deseas ayudarle entonces es la hora de actuar.
Si es tu deseo en estos mismos instantes clama a Dios, clama al Señor Dios todopoderoso para que intervenga y salve a tu hijo, para que Dios toque su corazón donde él se encuentre y pueda recapacitar y volver nuevamente a casa, pero si tu hijo está completamente perdido, entonces es la hora de actuar y salir a buscarle clamando a Dios para que él le toque el corazón y le convenza de la necesidad de acudir a una ayuda profesional.
No te quedes en buenas intenciones, no te quedes pensando y diciendo que ya has hecho bastante por él, no te quedes diciendo ya él está grandecito y decide por sí mismo porque no es él quien decide sino la adicción a la droga la que lo domina.
No dejes pasar más tiempo y actúa antes que sea demasiado tarde cuando solo te queden los recuerdos y el llanto de un hijo que murió perdido en las drogas. Búscale ahora que estás a tiempo porque él en el fondo de su corazón ama a su familia y desea estar a tu lado, pero necesita una mano de amor en la cual apoyarse.
No dejes que la droga y la muerte te roben a tu hijo y que solo te queden los recuerdos lindos de infancia cuando le arrullabas y le llevabas a la escuela y jugabas un poco con él o cuando corría a abrazarte al verte llegar a casa.
Tu hijo y Dios están esperando por ti, toma la decisión antes que sea demasiado tarde.