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Un corazon transformado



Un corazón transformado  de la  noche  a la  mañana



El sábado 14 de Julio de 2007 por la tarde, regresábamos con mi esposa, de la iglesia, hacia casa. En el recorrido llamamos a nuestro hijo mayor, en los USA, y nos dijo, evidentemente alterado, que no nos podía hablar mucho, pues su hermano había tenido un accidente y se encontraban camino al hospital en helicóptero.

El sábado luego del almuerzo, mis hijos y sus primos habían salido a pasear en cuatrimotos en campo abierto. No conocían el terreno, y en la subida a una colina, en la parte superior, donde no podían visualizar una zanja, por urbanización en proceso, lo que ocasionó que la moto en que se conducía mi hijo mediano quedara súbitamente detenida y el saliera despedido cayendo de espalda.

En ese accidente, mi hijo mediano sufrió una rotura de la séptima lumbar (Th7) y lesión completa de la médula espinal, lo que le ocasionó pérdida de sensibilidad y movilidad desde el pecho hacia las extremidades inferiores, perdió el control de sus esfinteres, y al día de hoy debe utilizar silla de ruedas para movilizarse.

Mi esposa debió viajar hacia USA el siguiente día del accidente, domingo 15/julio/2007 y estuvo en el hospital durante la operación de columna para eliminar astillas óseas de la vertebra fracturada y la colocación de barras de titanio para proveer el sostén y rigidez necesario de la columna.

Aunque ilegal, mi hijo en su trabajo tenía seguro. El dueño de la empresa se presentó en el cuarto de hospital, luego de la operación de la columna, y le informó a mi hijo que ya no estaría cubierto por el seguro porque estaba despedido. Mientras el empresario informaba lo anterior a mi hijo, mi esposa lloraba por mi hijo afectado y por la insensibilidad y falta de ética del empresario. Mi hijo mayor le dijo que iniciaría una demanda en su contra y tomó el teléfono para llamar a su prima abogada, que ejerce abogacía en casos de litigio y demandas en USA.

Mi esposa, al salir el dueño de la empresa del cuarto, en esas circunstancias, impidió a mi hijo llamar a su sobrina abogada, se puso de rodillas y clamó a Dios diciéndole: “Señor tu eres mi juez, si es injusto lo que X está haciendo, te ruego que no le permitas tener paz mental, y que el Espíritu Santo le conmine a hacer lo que es justo”.

Al siguiente día, el patrono, se presentó de nuevo en el cuarto de hospital, e informó que había cambiado su decisión, que no solamente mantendría en el seguro a mi hijo, sino que también haría dos cosas mas: Pagaría la parte del seguro que le correspondía a mi hijo pagar y que le mantendría el trabajo, cambiándolo a un trabajo de escritorio, como encargado de realizar los reportes de mantenimiento a los equipos y torres de transmisión celular.

Mi hijo, desde el momento del accidente resolvió colocarse en las manos de Dios y aceptar todo lo que le viniera como consecuencia del accidente. En el hospital, durante las terapias físicas y de capacitación, para aprender a valerse por si mismo desde la silla de ruedas, nunca cayó en depresión, así que el médico residente le eliminó los medicamentos antidepresivos y solamente le dejó los que le suprimían el dolor.

Dios, el ánimo positivo de mi hijo, la rapidez de su recuperación y adaptación a su circunstancia hicieron que los y las terapistas del hospital le pidieran su apoyo para animar a otros pacientes jóvenes en condiciones similares, quienes tenían y se comportaban conforme una actitud pesimista.

Todo el proceso, procedimientos médicos, terapias de desarrollo de habilidades, sumaron casi cuatro cientos mil dólares, lo cuál salió en su totalidad de las arcas de la providencia Divina.

Al día de hoy, mi hijo continua en silla de ruedas. Antes de viajar a los USA, se graduó de mecánico automotriz en un colegio de un ministerio Adventista en Guatemala, y hoy, con las limitaciones del caso, realiza trabajos de mecánica automotriz, mantiene un dolor constante en la espalda pero igual de constante y superior es su ánimo positivo. Maneja automóvil automático acondicionado con un aparáto para operar los pedales en forma manual, es auto suficiente, asiste y participa con cargos en una iglesia ASD en Houston Tx.

Gracias Dios, por el milagro de su recuperación, ánimo positivo, provisión de los recursos económicos necesarios y de los hermanos de iglesia, familiares y amigos que dieron su apoyo durante todo el proceso.




Jasobamr
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